Liberándonos de los elementos tóxicos que afecta nuestra fertilidad

Introducción

El camino hacia un hogar libre de contaminantes no es fácil, especialmente cuando se trata de elementos tan omnipresentes como el mercurio, los PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) y los microplásticos. Estos compuestos, aunque invisibles, pueden tener un impacto significativo en nuestra salud. En este blog, compartiré mi experiencia personal de cómo y por qué decidí eliminar estos contaminantes de mi cocina y casa, en un esfuerzo por abordar problemas de infertilidad que, según estudios científicos, pueden estar relacionados con la exposición a estas sustancias.

Mi viaje comenzó hace unos años cuando mi pareja y yo empezamos a tener dificultades para concebir. Después de varios intentos y exámenes médicos, comenzamos a investigar sobre factores ambientales que podrían estar influyendo en nuestra infertilidad. Nos sorprendió descubrir estudios que vinculan la exposición a mercurio, PFAS y microplásticos con alteraciones en la fertilidad. Por ejemplo, investigaciones han demostrado que el mercurio puede alterar las hormonas reproductivas y que los PFAS están asociados con tiempos más prolongados para concebir. Los microplásticos, aunque un campo de estudio más reciente, también han mostrado ser disruptores endocrinos.

Eliminación de Mercurio

La exposición al mercurio ha sido asociada con varios efectos negativos en la salud reproductiva, tanto en hombres como en mujeres. Estudios epidemiológicos han mostrado que la exposición a metales pesados como el mercurio puede tener efectos tóxicos en los órganos reproductivos, lo que incluye la reducción en el crecimiento folicular y la degeneración del cuerpo lúteo en los ovarios, así como alteraciones en los túbulos seminíferos y una disminución en la viabilidad de los espermatozoides en los testículos.

En nuestra casa, el cambio más importante fue modificar nuestro consumo de pescado, optando por especies con bajo contenido de mercurio como el salmón salvaje y la trucha, y evitando el atún y el pez espada. Además, revisé y eliminé utensilios de cocina que contenían componentes de mercurio por utensilios de madera de olivo ó de silicona libre de BPA. Finalmente, junto a mi dentista me aseguré de que las amalgamas que lo contengan.

Reducción de PFAS

La exposición a las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) ha sido asociada con diversos problemas de salud, incluyendo algunos que afectan la fertilidad. Estudios han sugerido que estas sustancias pueden estar relacionadas con efectos adversos en la salud reproductiva, como reducciones en la calidad del semen y alteraciones en los niveles hormonales que podrían influir en la fertilidad tanto de hombres como de mujeres​. Además, la exposición a PFAS se ha vinculado con otros problemas de salud reproductiva como menor peso al nacer y preeclampsia en mujeres embarazadas​.

Los PFAS son químicos utilizados para hacer superficies resistentes al agua y al aceite y se encuentran comúnmente en utensilios de cocina antiadherentes. Empecé a reemplazar reemplazar todas nuestras sartenes y ollas antiadherentes por opciones de cerámica. Mi marca favorita es Caraway que no liberan estas sustancias químicas y son resistentes, una inversión de largo plazo. También me volví más consciente de los envases de alimentos, optando por productos sin empaque o envasados en materiales seguros como el vidrio o el papel. Una de las cosas más importante que he hicimos fue comprar nuestras botellas de agua y recipientes de café stainless steel.

Lidiando con los Microplásticos

Los microplásticos pueden actuar como disruptores endocrinos. Esto significa que tienen el potencial de interferir con el sistema endocrino del cuerpo, que regula las hormonas. Las hormonas son cruciales para numerosas funciones corporales, incluida la reproducción. Algunos estudios sugieren que los microplásticos pueden liberar sustancias químicas como bisfenoles y ftalatos, que han sido vinculados con problemas de fertilidad en estudios animales y, en menor medida, en humanos.

Los microplásticos provienen de una variedad de fuentes, incluidos los envases de alimentos y textiles sintéticos. Para combatir esto, cambiamos a bolsas reutilizables de tela para nuestras compras y comenzamos a usar filtros de agua que reducen la presencia de microplásticos. Además, reemplazamos recipientes de vidrio ó por la línea de recipientes Caraway. Eliminé por completo las bolsas ziplock y las reemplacé por bolsas compostables. Eliminamos por completo todas las tablas de plástico y las reemplazamos por tablas para picar de madera de olivo ó bambú.

Conclusión

Este viaje ha sido revelador y desafiante. Aprendí mucho sobre cómo los elementos cotidianos pueden tener efectos ocultos en nuestra salud. Mi esperanza al compartir esta historia es inspirar a otros a tomar medidas para purificar sus entornos, no solo por la fertilidad, sino por el bienestar general. Aunque los cambios necesarios pueden parecer abrumadores al principio, cada pequeño paso cuenta hacia un futuro más saludable. Por nuestra parte, continuaremos buscando maneras de reducir nuestra exposición a contaminantes y esperamos que nuestra experiencia pueda servir como un faro de esperanza y acción para otros.

Referencias

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